Hace años, un buen amigo me recomendó leer «El hombre sin atributos» de Robert Musil. Sabe que me gusta leer. A todo el mundo le gusta leer, eso no es extraño. Pero el pensaba que además, este libro me iba a gustar. Me lo recomendó también por otro motivo. Un motivo que hacía encajar mi personalidad con el libro. O al revés. El problema es que no recuerdo el motivo. Pero se lo preguntaré sin falta. El tema es que me agencié el libro hace ya bastante tiempo. Pero aún estaba por leer. Encima de la mesilla de noche, desde que sustituyó al «Ullyses» de James Joyce. Hasta este verano. Este verano, voy a leerlo.
No soy de los que se miran el número de páginas que tiene un libro antes de decidir si leerlo. Pero enfrentarse a una novela de más de 800 páginas requiere tiempo. Y energía suficiente para terminarlo. Bastante tiene el libro con estar incompleto como para dejarlo a medio leer. Y este verano, por fin, voy a tener tiempo y energía. Y voy a dedicar ambos, no sólo a leer el libro y a degustarlo, sino que voy a compartirlo con todos ustedes, queridos lectores. Si. Voy a ir publicando entradas en este blog, con comentarios, análisis, ideas, etc, a medida que vayan cayendo páginas de la novela. Creo que lo merece. Espero que lo disfrutemos.
EL VERANO QUE LEÍ A ROBERT MUSIL 